La formación permanente, como mediación para cultivar el don recibido y mantener la vida sacerdotal en el dinamismo del Espíritu, debe acompañar a los sacerdotes en cualquier período y situación de su vida y de acuerdo a las posibilidades y características propias de la edad, condiciones de vida y tareas encomendadas. (Lineamientos de Formación, No. 50)
Animados por la fraternidad sacramental en el Colegio Mexicano se procurará dedicar durante el curso momentos específicos de formación diferenciada, tomando en cuenta tanto los momentos más intensos de la vida comunitaria, la incorporación a la comunidad sacerdotal y la conclusión de los estudios, como la composición del grupo por criterios de edad, de vida presbiteral y del ciclo de estudios. (Lineamientos de Formación, No. 51)