El Colegio Mexicano en sus 50 años de vida en Roma
La pequeñez del “grano de mostaza” –reza la parábola- ha sido con frecuencia el principio de las grandes obras providenciales. La Iglesia es el ejemplo típico.
Los orígenes históricos de nuestro Colegio que, después de 50 años de vida, tiene ya la exuberancia de un árbol maduro, son más remotos y humildes de lo que ordinariamente se conoce. En los años anteriores a la fundación del Colegio Mexicano, los estudiantes mexicanos en Roma formaban parte de lo que coloquialmente se conoce como “la mística Piolatina”, es decir la unión espiritual y religiosa de los seminaristas de todas las naciones latinoamericanas en un solo y único plantel en la ciudad de Roma; éste se disgregaría con los proyectos y la fundación de nuevos colegios especializados en la formación del presbiterio. Fue una etapa “dolorosa” para el Colegio Pio Latinoamericano, al que nos siguen uniendo lazos estrechos de amistad y agradecimiento, porque muchos mexicanos que estudiaron en él siempre lo vieron y lo siguen admirando como su casa de Roma, y están vinculados a él por del amor y la gratitud...